No me gustan los niños. Estas 5 palabras me han causado miradas reprobatorias, comentarios ácidos y preguntas que van desde "¿no tiene usted corazón?" hasta "¿es una persona desnaturalizada?", la respuesta a lo anterior es preferible reservármela, pero sencillamente no me gustan los niños y ¿qué podemos hacerle?.
Todas las personas tenemos un rango de situaciones o seres que no nos agrada ver o tener cerca; dicho en cristiano, todos absolutamente todos, tenemos un conjunto de cosas que nos fastidian, y el mio es simple: abarca desde los -9 meses hasta los 12 años (para algunos casos 14 pues la edad mental a veces se desincroniza con la física) de cualquier individuo de la especie humana sobre éste planeta. "¿desde los -9 meses?" preguntan los mismos que hacen los cuestionamientos del primer párrafo y llevándose además una mano a la boca en señal de asombro. ¡¡Pues si!!, si a ser honestos vamos no soy muy buena fingiendo, y la cara de felicidad, cada vez que una nueva conocida anuncia su tan esperado (o ni tan esperado) embarazo, no me sale muy bien a pesar de que me esfuerzo. Y la cosa no para ahi además, pues adicional a la sonrisa de oreja a oreja que hay que hacer por protocolo ante al fatídico anuncio, hay que además soportarse los subsecuentes 7 u 8 meses en los cuales cualquier patada, codazo, parapadeo o movimiento inesperado y a veces contínuo del ser que se forma dentro del globo en que suele convertirse la tierna barriga materna, es motivo de trasnocho de familiares, conocidos y compañeros de oficina que se deleitan en ternuras innecesarias.
Adicionalmente y por cortesía de las redes sociales, hay que pasarse además el numerito de todas y cada una de las ecografías ultrasónicas y hasta en tercera dimensión de la cuál la criatura es protagonista desde que tiene el tamaño de un fríjol hasta que amenaza con reventar su primer hogar. Porque madre (y en el 90% de los casos también padre) orgullosa que se respete tiene que compartir con sus 900 contactos en facebook cada ecografía escaneada, con sus 4000 seguidores en twitter cada nueva acomodación del feto y con sus innumerables amigos del pin de Blackberry su estado de ánimo diario y el de su criatura. Hago la salvedad además, aunque a los orgullosos padres les produzca auténtica indignación: Ningún espermatozoide recién anidado, feto en proceso de desarrollo, ni niño recién nacido es bonito, así se rasguen las vestiduras los médicos y enfermeras de maternidades.
Cuando uno cree que la cosa está por acabar, pues haciendo cuentas al plumazo ya va a completar casi un año recibiendo actualizaciones diarias sobre el avance del embarazo (que por otro lado deberían interesarle únicamente al ginecólogo), llega un fatídico sobre de color celeste o rosado pastel, (pues a esas alturas el fríjol de la primera ecografía ultrasónica ya tiene sexo conocido, nombre decidio y cuarto decorado), con una tierna cigueña, un coche en miniatura, un oso con ánimo abrazador o una media de tamaño ridículo, con una invitación para hacer llorar a cualquiera: el baby shower.
Lamento decir que hasta ahí me llega la farsa, porque una cosa es hacerme la tierna 2 minutos al día y suspirar ante cada nueva actualización de estado o rotar página ante la ecografía recién subida que me provoca casi reflujo; pero otra cosa muy diferente es estar dispuesta a aguantarme tres, cuatro y hasta cinco horas de una reunión llena de madres ya experimentadas y sus pequeñas crías, hablando del parto, las contracciones, el cordón umbilical, el primer baño, la foto en la tina, el cambio de pañal y las horas de sueño. El esfuerzo es titánico y NO ESTOY DISPUESTA A HACERLO EN NINGÚN CASO.
Finalmente llega el tan esperado día en que la madre se va con su enorme barriga y llega la buena nueva del oportuno nacimiento ¿creen que ahí acaba la cosa? lamento profundamente desilusionarlos, pero es sólo el principio, vienen años y años de comentarios sobre la última travesura, el primer diente, y la primera palabra del crío, adicionalmente a millones de albumes que captan cuadro por cuadro la evolución del que vimos por primera vez con forma de fríjol.
Continuará...
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