sábado, 19 de marzo de 2011

20 recursos indispensables para un harakiri laboral



Una oficina puede llegar a ser sin duda un lugar un tanto peculiar y a veces puede caer en la rutina; puede suceder entonces que usted se aburra de estar allí...y no sepa muy bien cómo arreglárselas para irse. Pues bien, en mi corta pero fructífera experiencia en el mundo laboral he reunido los "tips" necesarios para utilizar en caso de emergencia, algunos de ellos han sido ejecutados magistralmente por algunos de mis ocasionales y en otros casos permanentes compañeros de oficina, otros los he puesto yo misma en práctica con brillantes resultados; el reto es llevarlos a la práctica conjugados en un solo asalariado, así que ¡¡a romper el vidrio!!


1.       Llegue tarde y váyase temprano, cumplir horarios es para los lamezuelas.
2.       Exprese públicamente su descontento con las decisiones gerenciales, especialmente si el capo di tutti capi se encuentra cerca.
3.       Las ironías mejor conocidas como “puyas” deben estar siempre a la orden del día, sobre todo si se está atacando a “los duros” y esos duros están presentes.
4.       Niéguese rotundamente a ejecutar tareas extras ¿acaso le pagarán por ellas?
5.       Los cumpleaños, almuerzos de trabajo e integraciones laborales de cualquier otra índole siempre serán una farsa y usted NUNCA deberá estar presente.
6.       Recuerde que nadie está por encima de usted…guarde en su cajón dos piedras para que cuando lo requiera pueda contestar “con una en cada mano”.
7.       El descontento con las situaciones laborales indeseables – en resumen todo – también debe manifestarse por escrito; el correo organizacional es una magnífica herramienta…principalmente en lo que respecta a “dejar evidencia”.
8.       Al (a)  jefe (a)  sin duda deben encantarla las pequeñas andanzas de sus subordinados…el baño puede ser el mejor lugar para contarlas (se recomienda especialmente cerrar la puerta, asumir actitud conspiradora y mostrarse nervioso – el jefe también – cuando alguien no invitado a la fructífera conversación haga presencia repentina).
9.       Aunque suene contradictorio ser el (la) consentido (a) del jefe (a) – o pretender serlo – es un recurso invaluable cuando de harakiri laboral se trata.
10.   Fijarse precisamente en el (la) compañero (a) en el que el (la) jefe (a) tiene puestos los ojos tiene un efecto encantador en cuanto a acelerar la redacción de la carta de renuncia.
11.   ¿Prudencia? Usted no conoce esa palabra.
12.   Llevar continuamente a la oficina una fruta específica para darla y repartirla: Papaya
13.   ¿Conoce la misión, visión y proyección de la empresa? Aquí tiene las suyas en particular: egocentrismo, indiferencia y apatía
14.   No se preocupe de leer el contrato laboral antes de firmarlo…así podrá alegar desconocimiento sobre ciertas actividades que resultan de obligatorio cumplimiento.
15.   Niéguese a recoger el dinero para el regalo del (a) jefe (a) el día de su cumpleaños (el del jefe), especialmente cuando el sentimiento de rechazo entre el (ella) y usted es mutuo y asegúrese de manifestarlo y expresarlo en voz alta….
16.   Ciertos inventos políticos son magníficos a la hora de pasarse por la faja algunas reuniones y por qué no…también el horario; si no se le ocurre ninguno puede empezar por el siguiente: pico y placa.
17.   Las reuniones – todas sin excepción – son una pérdida de tiempo, y éste pensamiento debe manifestarse a voz en cuello, antes, durante y después de cada una de ellas.
18.   ¿Usted tiene entradas adicionales a las de la oficina? Pues bien, la oficina es un excelente sitio para acrecentarlas, así que empiece a llevar catálogos de ventas y a repartirlo entre sus compañeros, el correo institucional también es ideal para promocionar sus ventas y hacer merchandising.
19.   Intente reunir todas las dieciocho anteriores instrucciones
20.   Asegúrese de que su jefe (a) – ese (a)  mismo (a) con el que tiene desavenencias – lo encuentre leyendo esto.

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